Una tradición del folklore de algunas comunidades autónomas donde, el lunes siguiente al domingo de Pascua es festivo, con la finalidad de salir al campo y disfrutar junto a toda la familia de las monas que han recibido los ahijados por parte de sus padrinos.
Si nos remontamos a poco más de 40 años atrás, descubriremos unas monas algo distintas a las actuales, aunque el protagonista siempre es el huevo. Antes el cocido, ahora el de chocolate, que incluso ha evolucionado en variedad de figuras o construcciones arquitectónicas increíbles en este delicioso capricho.
La mona de nuestros padres
Durante varios siglos, en Cataluña, Valencia y Baleares, al llegar la Pascua, los pasteleros cocinaban unos bollos de harina, huevo y azúcar al horno, con uno o varios huevos duros incrustados en la superficie, que los padrinos regalaban a sus ahijados. Una especie de roscón, en el que la propia masa trenzada servía para sujetar los huevos. Se ponían tantos huevos como años tenía el ahijado, hasta que cumplía los 12. Y como ya se hacía mayor, tenía el premio de recibir la última con 13 huevos dando el nombre de “mona de Pascua”.
Este protagonismo del huevo y de ofrecerse como un regalo, se remonta a la rigurosa abstinencia que antiguamente caracterizaba al período de Cuaresma, así se introdujo entre los cristianos la costumbre de bendecir el sábado santo todos los huevos recogidos desde el miércoles de ceniza para repartirlos entre los amigos el día de Pascua.
Actualmente el protagonismo en la mona lo tiene el personaje favorito, el de moda o elementos que representan las aficiones del ahijado, o incluso prescinden de ella y se lanzan directamente a una construcción de chocolate.
Este año, como novedad, en Tradicionarius nos hemos lanzado de lleno a la construcción de una Supermona que nos traslada al campo del Barça. Mas bien, nos permite trasladar el Camp Nou al hogar de nuestros ahijados para disfrutar en familia nuestra afición blaugrana.
Una elaboración artesanal que está teniendo un éxito rotundo, no solo por su presencia y calidad, sino por la ilusión que despierta en un pequeño o pequeña fanático del Barça. ¡Con eso si que NO se juega!
Publicado el 28/03/2017